Un roto para un descocido...
Mi mamá siempre me decía este refrán “Si las cosas que realmente valen la pena se hicieran fácilmente, entonces cualquiera las haría.
El matrimonio no es fácil, pero realmente vale la pena. Dios lo diseñó para ser la célula madre de la raza humana.
---El refrán del día de hoy es:
NUNCA FALTA UN ROTO PARA UN DESCICIDO.
Este dicho popular, habla de que cada persona por “diferente que esta sea siempre puede encontrar a otra persona con quien identificarse.
Como decía el matrimonio no es fácil, pero ¿Por qué será que no nos llevamos bien o por qué tenemos problemas en el matrimonio y no somos completamente felices?
Yo crecí en medio de la sub cultura cristiana en México, donde ronda un dicho que enuncia “Dios tiene a la persona perfecta para ti”… y muchos jóvenes cristianos asisten a toda clase de eventos con la esperanza de encontrar a su media naranja, en realidad esto no es necesariamente escritural, más bien es un eco Hollywood y sus películas románticas de “princesas” que encuentran al hombre perfecto y viven felices para siempre.
Bueno, no deseches todavía toda esta idea, pues yo creo que, hasta cierto punto, esta frase tiene algo de verdad, “Dios tiene a la persona perfecta para ti”, pero no la malentiendas, pues nuestra mente inconscientemente hace énfasis está en la palabra “perfecto” y entonces comenzamos a soñar en el príncipe azul o en la princesa rosa, los cuales son seres humanos “perfectos”, --Hermosos interior y exteriormente, tienen un carácter dulce y no saben cómo enojarse, o perder la paciencia, saben exactamente lo que quieren de la vida, y son capaces de tomar las decisiones correctas cada vez que lo hacen; son sabios y trabajadores, recuerdan todo lo que les dices sin olvidar ningún detalle, tienen excelentes habilidades de comunicación, hablan contigo todo el tiempo y te escuchan con mucha atención aunque no tengas nada interesante que decir, prácticamente nunca se equivocan, siempre sacan la basura, arreglan todo lo que se descompone, nunca dejan ropa tirada en el piso o trastes sucios, o zapatos fuera de su lugar, saben apretar la pasta de dientes correctamente, y bajar la tapa del baño, aman a tu mamá, a tus tíos, a tus primos y a toda tu parentela. Estos seres humanos son casi angelicales, Siempre huelen bien, tienen una buena figura, y su cabello siempre está bien peinado, no roncan y echan gases, les gusta pasar tiempo contigo, no se quejan nunca, te traen el desayuno a la cama, te compran chocolates y te dan flores, saben cocinar, prácticamente pueden leer tu mente, y están a tu servicio a cualquier hora del día o de la noche, te comprenden, te abrazan y te miman cuando más lo necesitan pero saben darte tu espacio cuando no quieres que nadie te moleste, pueden casi hacer milagros y magia, matar dragones, conquistar reinos y… bueno, creo que entiendes lo que trato de decir. En pocas es casi tan perfecto o perfecta como tú…
“Siempre hay un roto para un descocido.” Lo interesante de este refrán es que implica que no somos perfectos y esta es la realidad, y la persona perfecta para nosotros tampoco lo es,
Pero Dios si tiene a la persona perfecta para ti, esa persona es un ser humano de carne y hueso como tú. Pero sus imperfecciones, defectos y cualidades son exactamente los ingredientes que Dios necesitaba para hacer de ti una mejor persona, y un mejor Cristiano, por eso esta persona es perfecta para ti, te complementa, es tu ayuda idónea, moldeará Dios tu carácter y te ayudará a madurar en tu fe y a crecer en amor. Esto es perfección.
Veamos un caso de la vida real.
Cuando Dios crea al hombre del polvo de la tierra, luego lo puso a trabajar y dice que no tenía quien lo ayudara, y Dios dice “no es bueno que el hombre esté sólo. Le haré ayuda idónea para él.” Entonces, Dios Durmió a Adán y le sacó una costilla, de la cual hizo una mujer.
Ahora, Dios no le hizo un compañero igual a él, le dio una compañera que pudiera complementarlo, distinta en naturaleza, con cosas qué aportar a esta relación. Y poco tiempo después la mujer “mete la pata” y se lleva de paso al compañero, ahora los dos están en graves problemas delante de Dios. La historia bíblica, solo nos narra como se echan la culpa los unos a los otros y todos terminan regañados y castigados; pero solo podemos imaginar cómo fueron esas conversaciones que tuvieron Eva y Adán
Adán: ¡ya vez lo que pasó por tu culpa!
Eva: ¿y tú, si ya sabes cómo me pongo para qué me haces caso?
Adan: valiente “ayuda idónea”, así mejor ¡no me ayude comadre!…
En la vida real cometemos errores, tomamos malas decisiones y todos enfrentamos las consecuencias… (No vivimos felices para siempre)
El problema de la infelicidad.
Nat were es un economista que investiga las razones por las que gente más pobre frecuentemente son más felices y por qué la gente más rica son constantemente infelices.
En su investigación se preguntaba quienes son más felices si las personas que ganan el segundo lugar o el tercer lugar en competencias olímpicas y esto fue lo que encontró.
Que en muchos casos los atletas que ganan segundo lugar son más infelices que los que ganan el tercer lugar y la razón es porque los que ganan segundo No ganaron el primero, y los que ganaron el tercero están felices de que al menos alcanzaron medalla.
Algo semejante pasa en el matrimonio, personas son infelices en sus matrimonios por muchas posibles razones, pero una de ellas creo yo que es que tanto hombres como mujeres entran en el matrimonio llenos de expectativas, pues hemos soñado y construido un mundo utópico alrededor de la idea del matrimonio, proyectamos nuestras expectativas en nuestra pareja, sobre cómo será nuestro futuro juntos, una familia, un hogar, muchas aventuras, los hijos, el trabajo, el perro, el gato, pero también tenemos expectativas de la vida en matrimonio, un ideal de como un matrimonio perfecto debe de ser. Y cuando nos enfrentamos a una realidad muy distinta nos olvidamos de dar gracias a Dios por lo que nos ha dado y empezamos a quejarnos por lo que no tenemos. Nos quejamos porque así no era como lo soñé y nos olvidamos de preguntarle a Dios cómo es el sueño y la visión que él tiene para nuestro matrimonio.
Pero no es que las cosas sean tan malas, al contrario, mientras están dentro de la visión de Dios son muy buenas, pero no podemos ver lo bendecidos que somos porque estamos cegados y enfocados en lo que pudo haber sido y no fue, en el pasto que siempre es más verde del otro lado de la cerca en que la realidad no llegan a las alturas de nuestros sueños, en que el príncipe azul no era del mismo tono de azul del que estaba en tus sueños.
Si nuestra pareja perfecta está rota es porque nosotros estamos descocidos mismos no somos perfectos.
Dice Jesús: “¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo dirás a tu hermano: déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces veras bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Siempre hay un roto para un descocido
Casting Crowns, un grupo contemporáneo de músicos cristianos escribió la siguiente canción. Que ilustra la naturaleza rota y descocida del matrimonio.
"Quebrantados los dos”
¿Qué es lo que piensas cuando me miras?
Sé que no somos el cuento de hadas que soñaste que seríamos
Tú Llevabas el velo, y caminaste por el pasillo, tomaste mi mano
Y nos sumergimos en un misterio
¡Cómo me gustaría que pudiéramos volver a esos tiempos tan sencillos!
Antes de todas nuestras heridas
y antes de que todos nuestros secretos se expusieran a la luz
Ahora, en este terreno sagrado, hemos dibujado las líneas de batalla
¿Lograremos pasar de esta noche?
Yo sé que va a tomar mucho más que solo promesas esta vez
Sólo Dios puede hacernos cambiar de opinión.
Tal vez tú y yo nunca fuimos destinados a estar enteros
Pero ¿Podríamos simplemente estar quebrantados juntos?
Si tú traes tus sueños rotos y yo traigo los míos
Podríamos hablar de sanar y salvarnos
La única forma de que duremos para siempre es estar quebrantados los dos
¿Cómo has de haberte sentido tan sola a mi lado?
Estábamos construyendo reinos y persiguiendo sueños mientras que dejamos al amor atrás.
Estoy pidiendo a Dios que ayude a nuestros corazones rotos a alinearse.
Y que no nos demos por vencidos en la lucha
